portada

Puesto que estos días estamos hablando de más literatura que nos pueda gustar a todas, partiendo de la base de que amamos Cincuenta sombras de Grey, he pensado compartir con vosotras otra saga que probablemente os enganche como a mí. Mientras esperamos a que se estrene la película de Sam Taylor Johnson, todo entretenimiento es bueno. Y si además ese entretenimiento tiene algo de tórrido… ¿qué más podemos pedir?

Se trata de la saga Forastera (Outlander en su idioma original), de la autora norteamericana Diana Gabaldon. ¿La conocéis? Yo he de confesar que ha sido recientemente cuando he dado con ella. Hasta que 50 sombras de Grey no llegó a mi vida no era especialmente fan de las novelas románticas… Pero ahora estoy totalmente enganchada.

Y Forastera, de Diana Gabaldon, ha sido todo un descubrimiento. Para las que no sepáis de qué va la historia os contaré que la narración empieza con una pareja deliciosa que viven una segunda luna de miel después de haber estado separados por culpa de la Segunda Guerra Mundial, en la que él, Frank, habíua tenido un alto puesto en la administración y ella, Claire, era enfermera en el frente. El viaje transcurre por las Highlands, la parte de Escocia que rodea Inverness. Una tierra conocida por lo profundo de sus tradiciones mágicas. El reencuentro es maravilloso, y Claire y Frank recuperan a través del sexo, el puente que siempre ha sido capaz de acercarles, aún cuando más lejos estaban emocionalmente el uno del otro, la complicidad perdida. ¿No os recuerda a algo esto? ¿A ciertas dos personas que se encuentran en sus cuerpos, en su piel, en sus juegos de cama? No sé, tal vez un Christian Grey, una Anastasia Steele… Bueno, que me lío. Sigamos.

En uno de los paseos por el campo, Claire cae mágicamente a través de una arruga temporal apareciendo en el mismo lugar, a la misma hora, de doscientos años antes. En 1743. Loca por intentar escapar al principio, por volver como fuera al lado de su amante esposo Frank, vaga sin rumnbo por una tierra que vagamente reconoce pero que es totalmente distinta de la que ha pisado hace sólo unos minutos. Claire se ve envuelta en medio de la lucha entre los escoceses, partidarios de la independencia, y de los súbditos leales del rey inglés, que tratan de someter a los que son, según dicen ellos, salvajes.

Pero nada de salvajes tienen. No, por lo menos, Jamie. Jamie es el hombre en cuyos brazos cae una joven y enamoradiza Claire, cuya voluntad de volver al siglo XX se ve truncada cada vez que intenta escapar. Y es que Jaime es… No tengo palabras. Como Christian, es hermoso. Es fuerte. Como él, es el más valiente del grupo. Como él, tiene cicatrices que ocultar, y que sólo muestra a Claire. Por el contrario, Claire tiene poco de Anastasia. En su relación ella es la que ha tenido experiencia en el sexo (el escocés estaba convencido de que el amor se hacía desde atrás, como los potros y las potras, dice, literalmente). Su historia es una delicia.

Si no la conocéis, os la recomiendo. El libro, la serie, lo que queráis. Pero hasta que se estrene la película de Cincuenta sombras de Grey con alguna historia de amor tenemos que llenar el tiempo, y esta es perfecta. ¡Espero que os guste!

Si te ha gustado, compártelo!
FacebookTwitterGoogle+