Siento unos dedos que acarician mi espalda. Gruño dormido. ¿Quién es? ¿Dónde estoy?

Me despierto y frunzo el ceño. Anastasia Steele está entre mis brazos. Estoy en su cama. No me inquieto. Se siente todo muy bien. Hay algo que me reconforta en todo esto.

Respiro profundo, siento su aroma. La veo.

—Buenos días. Dios, hasta mientras duermo me siento atraído por ti.

De a poco me voy despegando de ella. Mi erección está más marcada de lo habitual. Ana me mira, asombrada. Sonrío:

—Mmm, esto promete, pero creo que deberíamos esperar al domingo.

Nuestros cuerpos arden. Trato de respirar y recuperarme. Volver al mundo común.

Anastasia, como siempre, está ruborizada.

—Estás ardiendo —me dice.

—Tú tampoco te quedas corta —le digo, burlón, y me aprieto contra su cuerpo.

Luego, me apoyo sobre el codo y la miro. Me siento bien. Hay algo de estar aquí que me hace bien. La beso.

Anoche todo fue confusión. Hoy todo parece estar calmo.

—¿Has dormido bien? —me pregunta.

Me dice que sí con la cabeza.

—Yo también.

Lo que me deja pensando. He dormido con una mujer. Nuevamente lo he hecho. Y me he sentido genial. Anastasia Steele, todo un cambio, toda una revolución.

— Sí, muy bien. —continúo diciéndole, para reafirmarlo.

De repente, vuelvo a despertarme. Veo la luz, me doy cuenta de que es día de trabajo. Oh, sí, todo es muy hermoso, pero…

—¿Qué hora es?

—Son las siete y media.

—Las siete y media… ¡mierda!

¿Cómo puede ser posible? ¡Mi reunión! Salgo volando de la cama y comienzo a vestirme. No puedo creerlo. En media hora tengo que estar en…

Entonces, la miro a Anastasia. Todavía está recostada y sonríe. Le divierte verme así. Y a mí me gusta verla sonreír.

—Eres muy mala influencia para mí . Tengo una reunión. Tengo que i rme. Debo estar en Portland a las ocho. ¿Te estás riendo de mí?

—Sí.

Los ojos se le achican con la sonrisa. Es genial verla relajada y feliz.

—Llego tarde. Yo nunca llego tarde. También esto es una novedad, señorita Steele.

Termino de ponerme la americana. Me acerco hacia ella. Cojo su cabeza con ambas manos.

—El domingo —le digo.

Le doy un beso rápidamente. Cojo mis cosas y los zapatos.

—Taylor vendrá a encargarse de tu Escarabajo. Lo dije en serio. No lo cojas. Te veo en mi casa el domingo. Te diré la hora por correo.

Salgo de la habitación.

En la puerta me pongo los zapatos. Allí está Taylor esperándome.

No sé cómo lo consigo pero logro cambiarme, ducharme y estar en la reunión a las ocho y cinco.

La reunión es poco interesante y plantea nulos desafíos. Dejo que mis asesores tomen la palabra, saben muy bien lo que tienen que decir. No hay riesgos aquí y, por lo tanto, nada que me motive.

Alguien habla y dice algo poco interesante. Me distraigo con mi BlackBerry simulando que busco unos datos.

Entonces encuentro este hermoso e-mail que ha entrado hace diez minutos.

De: Anastasia Steele

Fecha: 27 de mayo de 2011 08:05

Para: Christian Grey

Asunto: Asalto y agresión: efectos secundarios

Querido señor Grey:

Querías saber por qué me sentí confundida después de que me… ¿qué eufemismo utilizo: me dieras unos azotes, me castigaras, me pegaras, me agredieras? Pues bien, durante todo el inquietante episodio, me sentí humillada, degradada y ultrajada. Y para mayor vergüenza, tienes razón, estaba excitada, y eso era algo que no esperaba. Como bien sabes, todo lo sexual es nuevo para mí. Ojalá tuviera más experiencia y, en consecuencia, estuviera más preparada. Me extrañó que me excitara.

Lo que realmente me preocupó fue cómo me sentí después. Y eso es más difícil de explicar con palabras. Me hizo feliz que tú lo fueras. Me alivió que no fuera tan doloroso como había pensado que sería. Y mientras estuve tumbada entre tus brazos, me sentí… plena. Pero esa sensación me incomoda mucho, incluso hace que me sienta culpable. No me encaja y, en consecuencia, me confunde. ¿Responde eso a tu pregunta?

Espero que el mundo de las fusiones y adquisiciones esté siendo tan estimulante como siempre, y que no hayas llegado demasiado tarde.

Gracias por quedarte conmigo.

Ana

Mi mente se escapa por completo de la reunión. Si antes ya era poco interesante, ahora se ha transformado en nulo interés. Me la imagino a Ana escribiendo el correo antes de ir a su trabajo.

Hay algo que me conmueve, aunque no logro definir muy bien qué es. Son irresistibles las ganas de cuidarla, de protegerla, de asegurarme de que se sienta bien.

La reunión avanza. Yo decido responderle ahí mismo, no hay otra cosa que desee más en este momento.

De: Christian Grey

Fecha: 27 de mayo de 2011 08:24

Para: Anastasia Steele

Asunto: Libere su mente

Interesante, aunque el asunto del mensaje sea algo exagerado, señorita Steele.

Respondiendo a su pregunta: yo diría «azotes», y eso es lo que fueron.

• ¿Así que se sintió humillada, degradada, injuriada y agredida? ¡Es tan Tess Durbeyfield…! Si no recuerdo mal, fue usted la que optó por la corrupción. ¿De verdad se siente así o cree que debería sentirse así? Son dos cosas muy distintas. Si es así como se siente, ¿cree que podría intentar abrazar esas sensaciones y digerirlas, por mí? Eso es lo que haría una sumisa.

• Agradezco su inexperiencia. La valoro, y estoy empezando a entender lo que significa. En pocas palabras: significa que es mía en todos los sentidos.

• Sí, estaba excitada, lo que a su vez me excitó a mí ; no hay nada malo en eso.

• «Feliz» es un adjetivo que apenas alcanza a expresar lo que sentí . «Extasiado» se aproxima más.

• Los azotes de castigo duelen bastante más que los sensuales, así que nunca le dolerá más de eso, salvo, claro, que cometa alguna infracción importante, en cuyo caso me serviré de algún instrumento para castigarla. Luego me dolía mucho la mano. Pero me gusta.

• También yo me sentí pleno, más de lo que jamás podrías imaginar.

• No malgaste sus energías con sentimientos de culpa y pecado. Somos mayores de edad y lo que hagamos a puerta cerrada es cosa nuestra. Debe liberar su mente y escuchar a su cuerpo.

• El mundo de las fusiones y adquisiciones no es ni mucho menos tan estimulante como usted, señorita Steele.

Christian Grey

Presidente de Grey Enterprises Holdings, Inc.

Entonces, vuelvo a concentrarme en lo que dice uno de los contratistas que está hablando en este momento. Aburrido. Protocolar.

Solo espero que pronto llegue la respuesta de la señorita Steele.

Puedes seguir leyendo más capítulos de “El origen de Grey” y de “En la Piel de Grey” descargando gratis la app “50 Sombras” para Android o iPhone, o accediendo directamente desde tu ordenador a http://www.trilogiacincuentasombras.com/fanfiction/

Deseo recibir en mi correo los próximos capítulos de “En la piel de Grey”
Si te ha gustado, compártelo!
FacebookTwitterGoogle+

Recibe los capítulos directamente en tu buzón

 

0 Comentarios

Deja un comentario.

Deja un comentario